paseito por campanario

vamos a dar hoy un paseo por el archiconocido pantano de campanario y alrededores gracias a nuestro amigo milio el turko que nos sigue deleitando con unas maravillosas fotos

seguro que se acordais como se tiraba la gente del carril aunque tengo que reconocer que yo nunca fuí capaz de tirarme de la parte alta, siempre me dio un miedo de loco eso de saltar al vacío sin ver donde vas a caer, aunque supiera que había agua

sería raro encontrar a alguien de mi época u anterior que no se haya bañao en campanario, no se si en la actualidad la juventud seguirá llendo por allí ni se como estará ya el agua, pero que recuerdos me trae este pantano, la de veces que hemos ido a bañarnos bien en bici o en moto (más en moto que en bici, to hay que decirlo) incluso en coche hemos ido por allí las últimas veces

os podría contar muchas anécdotas de este sitio pero me voy a quedar con una de la que siempre me acuerdo cuando escucho la palabra campanario y que ha sio sin duda una de las veces que más me he reido en mis cortos años de vida ponerse en situación, en la cuerda, se acordais de la cuerda no?, seguro que sí, bueno pues allí estabamos imagino que los de siempre, unos tirándose de la rama del eucalipto, otros de los árboles contiguos y otros cogiendo carrerilla en la torronca para llegar lo más lejos posible con la cuerda y hacer algún mortal u tirabuzón hacia delante o hacia atrás. pués allí va mi amigo niki que agarra la cuerda y sube to lo alto que podía, arriesgando incluso, y se tira. pocas veces había llegao alguien tan lejos, pero él no soltó la cuerda, él llegó al tope y no soltó la cuerda, lo siguiente que vino estaba claro, vuelta para atrás y directo pa la torronca, con el jándica para él, de su giro involuntario y parsimonioso que le hace colocarse de frente a la torronca mientras cogía velocidad otra vez, (ya nos empezamos a reir, que ostia va a dá). efectivamente cuando ya está prácticamente en la torronca encoje las piernas en un último esfuerzo por evitar lo inevitable e incrusta sus rodillas en la torronca, frenando en seco su poderoso impulso y soltando automáticamente la frase que casi nos mata a más de uno, "voy a reza un padre nuestro". se podeis imaginá cuando soltó eso por la boquita y se levantó con to las rodillas llenas de sangre, yo creo que hubo alguno que hasta se calló de la rama del eucalipto pabajo

quizás algún día me anime a contar alguna cosita más de este pantano

saludos ceutíes para todos